Lo escuchamos con frecuencia. Alguien nos dice “no puedo tener hijos, creo que tengo una maldición”, “la maldición me persigue no consigo tener dinero, ni amor, ni trabajo”.
La maldición como tal según el diccionario, es "una imprecación que se dirige contra alguien o contra algo, manifestando enojo y aversión hacia él o hacia ello, y muy particularmente deseo de que le venga algún daño."
O sea la palabra “maldición” existe, procede del latín maledictio y es un vocablo de nuestro idioma. Ahora de ahí a que se cumplan y sean ciertas es otra cosa completamente distinta.
Las maldiciones funcionan porque se apoyan en las creencias y las supersticiones. Su resultado proviene de la credulidad y el temor, la ignorancia y la sugestión.
Si una persona teme a los hechizos, brujerías, encantamientos, y cosas por el estilo, ya tiene la mente preparada para asustarse cuando le maldicen.
Siente miedo, se tambalean sus defensas y se produce a si mismo daño, que no tiene que ver nada con esa maldición sino con su propio miedo, su estado mental.
La mente es muy poderosa y si una persona sugestionable escucha una maldición empieza a pensar en ella y acumula esa forma de energía dentro de su Ser interno.
Otras veces la maldición es lo que suele llamarse “la voz de la conciencia”. Una mala persona que hizo un daño a otra que a su vez le maldijo fuertemente.
Y ¿quién no ha recibido alguno de famosos “correos maldiciones”? Son esos mensajes en cadena que mandan por Internet amenazándote que "si no haces esto o aquello, y sobre todo, que lo debes mandar a más personas" te acarreará una desgracia.
La desgracia está en ¡reenviarlo! Y no porque sea una maldición ni mucho menos, sino que todo eso es un invento, generalmente por un hacker o estafador que lanza un correo invocando santos, religiones, creencias y cosas por el estilo para que la gente a su vez lo mande a otros.
Cuando regresa a quien lo inventó, ese estafador o estafadora tiene en su poder miles de direcciones electrónicas que luego usa para venderlas a compañías de mercadeo, y en casos peores, para sacar información, entrar en tu computadora y robarte datos personales.
¿Lo mejor? ¡Tirarlos a la basura! No te pasará nada por no reenviarlo, al contrario.
Como vemos la maldición funciona si una persona es sugestionable y la cree, y entonces atribuye todos sus problemas a ese embrujo o maledicencia.
La mejor protección que existe contra una maldición es educarnos, eliminar de nuestra vida las supersticiones, los miedos, las ideas oscurantistas que no tienen que ver nada con la realidad, practicar el bien y no desear mal a nadie.
De todos modos, si quieres que te ayude a hacer tu mente más fuerte no dudes en contactar conmigo.
Fuente de la noticia: univision